La neumonía es una infección pulmonar que representa una amenaza significativa para la salud global, especialmente entre los niños menores de cinco años. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la neumonía causó la muerte de 740,180 niños en 2019, representando el 14% de todas las defunciones en este grupo de edad. Esta enfermedad puede ser provocada por virus, bacterias o hongos, y aunque es prevenible y tratable, solo un tercio de los niños con neumonía reciben los antibióticos necesarios.
La prevención de la neumonía es posible mediante inmunización, una alimentación adecuada y el control de factores ambientales. Conociendo los síntomas, las causas y los tratamientos de la neumonía, podemos tomar medidas efectivas para reducir su impacto y salvar vidas. En este artículo, exploraremos en detalle qué es la neumonía, sus causas, tipos, complicaciones y cómo se diagnostica y trata esta enfermedad.
¿Qué es la Neumonía?
Según Mayo Clinic (2021) y Medline Plus (2023) la neumonía es una infección que afecta uno o ambos pulmones, causando que los alvéolos se llenen de líquido o pus, lo que provoca tos con flema, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar. Esta enfermedad puede ser causada por bacterias, virus y hongos, y varía en gravedad desde leve hasta potencialmente mortal, según la causa de la infección, la edad del paciente y su estado de salud general.
¿Cuáles son los síntomas de la neumonía?
Según National Geographic (2023), además de los síntomas específicos de cada tipo de neumonía, existen síntomas comunes que pueden presentarse en todos los casos. Sin embargo, cada persona puede experimentar estos síntomas de manera diferente. Los síntomas pueden incluir:
• Fiebre
• Dolor en el pecho o en el estómago
• Disminución del apetito
• Escalofríos
• Respiración rápida o dificultad para respirar
• Vómitos
• Dolor de cabeza
• Malestar general
• Irritabilidad
Es importante tener en cuenta que los síntomas de la neumonía pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Por ello, siempre se debe consultar al proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico adecuado.
¿Qué causa la Neumonía?
La neumonía puede ser causada por infecciones bacterianas, virales y fúngicas, cada una con diferentes características y niveles de gravedad.
Según Medline Plus (2023), las infecciones bacterianas son la causa más común de neumonía. Esta forma de la enfermedad puede desarrollarse por sí sola o después de una infección viral, como un resfriado o gripe. Algunas de las bacterias que pueden causar neumonía incluyen:
• Streptococcus pneumoniae
• Legionella pneumophila (causa la enfermedad del legionario)
• Mycoplasma pneumoniae
• Chlamydia pneumoniae
• Haemophilus influenzae tipo b (Hib)
Las infecciones virales también pueden desencadenar neumonía. Aunque la neumonía viral suele ser leve y desaparece en pocas semanas, puede ser lo suficientemente grave como para requerir hospitalización. Además, tener neumonía viral aumenta el riesgo de desarrollar neumonía bacteriana. Algunos de los virus que pueden causar neumonía incluyen:
Virus respiratorio sincitial (VRS)
Algunos virus del resfriado común y la gripe SARS-CoV-2 (el virus que causa COVID-19)
La neumonía fúngica es más frecuente en personas con problemas de salud crónicos o sistemas inmunitarios debilitados. Algunos tipos de neumonía fúngica incluyen:
• Neumonía por Pneumocystis
• Fiebre del valle (Coccidioidomicosis)
• Histoplasmosis
• Neumonía criptocócica
Además, la aspiración, que ocurre cuando se inhala accidentalmente alimentos o líquidos hacia los pulmones, puede causar neumonía si estos materiales no se expulsan y provocan una infección.
¿Cuáles son los tipos de Neumonía?
Según National Geographic (2023), los cuatro tipos principales de neumonía se caracterizan en función de la causa: bacteriana, vírica, fúngica y neumonía nosocomial (o intrahospitalaria).
Neumonía bacteriana:
Es la más frecuente y está causada por bacterias, lo que significa que se trata fácilmente con antibióticos. El tratamiento temprano con antibióticos puede ayudar a resolver los síntomas rápidamente. También existe una vacuna para proteger contra la principal cepa bacteriana causante de neumonía, recomendada para personas mayores de 65 años y aquellas con ciertas enfermedades preexistentes.
Neumonía vírica:
Causada por virus como la gripe, el SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19) y el virus sincitial respiratorio (VRS). Estas infecciones comienzan en las vías respiratorias superiores y pueden descender a los pulmones. Las infecciones virales pueden debilitar el sistema inmunitario, aumentando el riesgo de neumonía bacteriana secundaria. Existen vacunas que pueden ayudar a prevenir estas infecciones, como la vacuna anual contra la gripe, la vacuna COVID y la nueva vacuna contra el VRS.
Neumonía fúngica:
Menos común y generalmente afecta a personas con sistemas inmunitarios debilitados, como aquellos con trastornos autoinmunitarios o pacientes sometidos a quimioterapia. Las neumonías fúngicas requieren una estrategia de tratamiento diferente y pueden ser más graves debido a las complicaciones adicionales y otras afecciones subyacentes.
Neumonía nosocomial:
Adquirida en un entorno hospitalario, donde los pacientes están expuestos a bacterias diferentes, incluidas cepas resistentes a los antibióticos. Esto puede influir en el tratamiento médico, ya que los pacientes corren el riesgo de contraer bacterias no comunes en entornos ambulatorios, afectando la elección de los antibióticos.
¿Qué complicaciones tiene la Neumonía?
Según Mayo Clinic (2021), incluso con tratamiento, algunas personas con neumonía, especialmente aquellas en grupos de alto riesgo, pueden experimentar complicaciones, tales como:
Bacteriemia:
Las bacterias que ingresan en el torrente sanguíneo desde los pulmones pueden propagar la infección a otros órganos, lo que podría causar insuficiencia orgánica.
Dificultad para respirar:
Si la neumonía es grave o si hay enfermedades pulmonares crónicas subyacentes, puede ser difícil obtener suficiente oxígeno al respirar. En estos casos, puede ser necesaria la hospitalización y el uso de un respirador artificial (ventilador) hasta que los pulmones se recuperen.
Derrame pleural:
La neumonía puede causar la acumulación de líquido en el espacio entre las capas de tejido que recubren los pulmones y la cavidad torácica (pleura). Si este líquido se infecta, puede ser necesario drenarlo mediante una sonda pleural o extraerlo quirúrgicamente.
Absceso pulmonar:
Un absceso pulmonar ocurre cuando se forma pus en una cavidad del pulmón. Los abscesos suelen tratarse con antibióticos, pero en algunos casos puede ser necesaria una cirugía o un drenaje con una aguja larga o una sonda para extraer el pus.
¿Cómo se diagnostica la Neumonía?
Según el National Heart, Lung, and Blood Institute, si se sospecha que una persona tiene neumonía, el proveedor de atención médica puede solicitar varias pruebas para confirmarlo:
Radiografía de tórax: Para detectar inflamación en los pulmones, es la prueba más común para diagnosticar neumonía.
Análisis de sangre: Como un hemograma completo (CBC) para determinar si el sistema inmunitario está combatiendo una infección.
Oximetría de pulso: Mide la cantidad de oxígeno en la sangre mediante un sensor en el dedo o la oreja.
En casos más graves o si el paciente está hospitalizado, pueden realizarse pruebas adicionales:
Análisis de gases en sangre: Mide el oxígeno en la sangre utilizando una muestra de una arteria.
Prueba de esputo: Analiza la saliva o moco para identificar el germen causante.
Hemocultivo: Detecta si una infección bacteriana ha llegado a la sangre.
Prueba de PCR: Analiza rápidamente muestras para encontrar el ADN de los gérmenes.
Broncoscopia: Examina las vías respiratorias y puede tomar muestras de tejido y líquido.
Tomografía computarizada (TC): Proporciona detalles sobre la afectación pulmonar y posibles complicaciones.
Cultivo de líquido pleural: Obtiene una muestra del espacio pleural para detectar bacterias mediante toracocentesis.
¿Cuáles son los tratamientos para la neumonía?
Según Medline Plus (2023), el tratamiento para la neumonía varía según el tipo de neumonía, el germen causante y la gravedad de la enfermedad:
Antibióticos: Son efectivos para tratar la neumonía bacteriana y algunos tipos de neumonía por neumococo. No son efectivos contra la neumonía viral.
Antivirales: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos antivirales para tratar la neumonía viral.
Antimicóticos: Se utilizan para tratar otros tipos de neumonía fúngica.
Si los síntomas son graves o si existe riesgo de complicaciones, puede ser necesario el tratamiento en un hospital. En el hospital, se pueden administrar tratamientos adicionales como oxigenoterapia si los niveles de oxígeno en la sangre son bajos.
La recuperación de la neumonía puede variar; algunas personas se sienten mejor en una semana, mientras que para otras puede tomar un mes o más.
Referencias Bibliográficas:
LIVING ART ENTERPRISES, LLC/SCIENCE PHOTO LIBRARY. (2023, 19 octubre). Con la reciente noticia de la hospitalización de la gimnasta estadounidense Mary Lou Retton, «National Geographic» habló con expertos sobre los distintos tipos de neumonía, los riesgos y los tratamientos. National Geographic. https://www.nationalgeographic.es/ciencia/neumonia-tipos-diferencias#:~:text=Los%20cuatro%20tipos%20principales%20de,con%20examinarla%22%2C%20dice%20Wu.
Neumonía - Síntomas y causas - Mayo Clinic. (2021, 29 julio). https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/pneumonia/symptoms-causes/syc-20354204
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Diagnóstico | NHLBI, NIH. (2022, 24 marzo). NHLBI, NIH. https://www.nhlbi.nih.gov/es/salud/neumonia/diagnostico#:~:text=Se%20suele%20usar%20una%20radiograf%C3%ADa,de%20ox%C3%ADgeno%20en%20la%20sangre.
World Health Organization: WHO. (2022b, noviembre 11). Neumonía infantil. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/pneumonia
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