¿Qué es la hipertensión?
La hipertensión, también conocida como presión arterial alta, es una enfermedad común que afecta a las arterias del cuerpo. Según MayoClinic (2022), si tienes la presión arterial alta, la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es muy alta constantemente, lo que obliga al corazón a trabajar más para bombear sangre.
La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mm Hg). En general, la hipertensión se define como una lectura de la presión arterial de 130/80 mm Hg o superior.
¿Cuáles son los síntomas de la presión arterial alta?
La presión arterial alta, o hipertensión, es conocida como el "asesino silencioso" porque generalmente no presenta síntomas mientras causa daños en el cuerpo. Según Cigna (2024), muchas personas no se dan cuenta de que tienen hipertensión hasta que visitan al médico por otra razón. La hipertensión puede llevar a problemas graves como ataques cardíacos y derrames cerebrales.
En casos de presión arterial muy alta, pueden presentarse algunos síntomas, tales como:
• Dolor de cabeza
• Mareos
• Sangrado nasal con más frecuencia de lo normal
Estos signos generalmente no aparecen hasta que la presión arterial alcanza una etapa grave, en la cual podría poner en riesgo la vida.
Dado que la hipertensión usualmente no muestra síntomas, es crucial medir la presión arterial regularmente para detectarla a tiempo y evitar complicaciones graves.
¿Qué mitos hay en la hipertensión?
La hipertensión, o presión arterial alta, está rodeada de muchos mitos y malentendidos. Es crucial desmentir estos mitos para entender mejor la enfermedad y cómo manejarla efectivamente. A continuación, exploraremos algunos los cinco mitos más comunes sobre la hipertensión y la realidad detrás de ellos.
Mito: Con limitar la sal en las comidas, es suficiente
Verdad: Reducir el consumo de sal es una medida importante para ayudar a controlar la presión arterial, pero no es suficiente por sí sola. Las personas con hipertensión arterial (HTA) necesitan seguir un tratamiento médico adecuado para manejar la condición de manera efectiva. Es cierto que la medicación para la hipertensión puede ser más efectiva cuando se combina con una dieta baja en sal, pero depender únicamente de la reducción de sal no es suficiente para controlar la hipertensión.
Mito: No puedo tomar café
Verdad: No está demostrado que el consumo habitual de café provoque hipertensión. De hecho, las recomendaciones indican que las personas con hipertensión pueden tomar de una a tres tazas de café al día sin problemas. Además, tampoco es cierto que el consumo de agua eleve la presión arterial; por el contrario, es fundamental para mantener una adecuada hidratación y apoyar la salud general.
Mito: Solo puedo tener hipertensión después de los 40 años
Verdad: Aunque la incidencia de hipertensión arterial es mayor después de los 40 años, las estadísticas indican que cada vez más jóvenes también sufren de esta condición. Aproximadamente el 4% de los jóvenes presentan hipertensión arterial, lo que destaca la importancia de la detección y el manejo temprano de esta enfermedad, independientemente de la edad.
Mito: La hipertensión se debe a los nervios
Verdad: La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad que puede tener múltiples causas, como el estrés, antecedentes hereditarios, consumo excesivo de sal y un estilo de vida sedentario. Sin embargo, los nervios por sí solos no son una causa directa de hipertensión. Muchas personas nerviosas no padecen esta enfermedad. Existe un fenómeno conocido como "hipertensión de la bata blanca", donde algunas personas experimentan aumentos temporales en la presión arterial debido a la ansiedad durante el control médico. Por esta razón, se recomienda realizar más de una medición de la presión arterial, dejando pasar unos minutos entre cada una, para obtener una lectura más precisa.
Mito: La hipertensión arterial viene de familia. No puedo hacer nada para prevenirla.
Verdad: Aunque tener familiares cercanos con hipertensión arterial (HTA) aumenta la probabilidad de desarrollarla, esto no significa que no se pueda prevenir. Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta balanceada, ejercicio regular, reducción del consumo de sal y manejo del estrés, ha permitido a muchas personas prevenir la hipertensión, incluso si tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
¿Qué consecuencias trae la hipertensión?
La hipertensión, o presión arterial alta, puede desencadenar una serie de problemas de salud graves si no se controla adecuadamente. Según la American Heart Association (2024), la hipertensión actúa como la primera ficha de un “efecto dominó” que puede tener consecuencias devastadoras. Entre las principales complicaciones se incluyen:
Disfunción Sexual: La hipertensión puede causar disfunción eréctil en los hombres y disfunción de excitación sexual en las mujeres.
Insuficiencia Cardíaca: La presión arterial alta puede hacer que el corazón se agrande y deje de abastecer sangre suficiente al cuerpo, llevando a una insuficiencia cardíaca.
Pérdida de la Vista: La hipertensión puede dañar los vasos sanguíneos en los ojos, lo que puede resultar en pérdida de la visión.
Derrame Cerebral: La presión arterial alta puede causar que los vasos sanguíneos en el cerebro estallen o se obstruyan más fácilmente, aumentando el riesgo de un derrame cerebral.
Enfermedad o Insuficiencia Renal: La hipertensión puede dañar las arterias en los riñones, interfiriendo con su capacidad de filtrar la sangre de manera efectiva.
Ataque Cardíaco: La presión arterial alta daña las arterias, haciéndolas estrechas y endurecidas, lo que puede llevar a un ataque cardíaco.
Es fundamental controlar la hipertensión para evitar estas complicaciones graves y mejorar la calidad de vida.
¿Qué tratamiento tiene la hipertensión arterial?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay varios cambios de hábitos que pueden ayudar a las personas con hipertensión a reducir su presión arterial. Sin embargo, en algunos casos también es necesario tomar medicamentos. A continuación se presentan algunas estrategias para prevenir y reducir la presión arterial elevada:
Cambios en el estilo de vida:
Dieta Saludable:
• Comer más frutas y hortalizas.
• Evitar alimentos con muchas grasas trans o saturadas.
• Limitar el consumo de sal a no más de 2 gramos al día.
Actividad Física:
• Realizar actividad física regularmente, como caminar, correr, nadar o bailar.
• Practicar al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa cada semana.
• Incluir ejercicios para ganar fuerza al menos dos días a la semana.
Control de Peso:
• Perder peso si se tiene obesidad o sobrepeso.
• Reducción del Estrés:
• Reducir y gestionar el estrés a través de técnicas de relajación y tiempo de ocio.
Hábitos Saludables:
• No fumar ni consumir tabaco de ninguna manera.
• Limitar el consumo de alcohol (una copa al día para mujeres y dos para hombres).
• Tomar los medicamentos prescritos por el profesional de la salud.
• Asistir a las visitas médicas programadas.
Conductas a evitar:
Exceso de Sal: Evitar su consumo excesivo.
Consumo de Grasas Trans o Saturadas: Evitar alimentos ricos en estas grasas.
Fumar: No fumar ni consumir tabaco de otra manera.
Alcohol en Exceso: Limitar el consumo de alcohol.
No seguir la medicación: No dejar de tomar la medicación prescrita ni tomar la de otra persona.
Referencias Bibliográficas:
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